Introducción
En este artículo explicaré por qué es posible que las personas sientan sensación de satisfacción sin tener experiencias reales. Esa es la base de la virtualidad: sentirlo sin vivirlo. Seguro que te suena el dicho de «se mira pero no se toca». Sin embargo en esta ocasión la frase sería: «se siente pero no se vive». Te daré una respuesta fundada en la ciencia del por qué las personas están perdiendo interés en quedar cara a cara y no les afecta ni impacta que esto sea así. Esa actitud de apatía impide que la sociedad tome medidas para protegerse de un aislamiento que, en mi opinión, está trayendo consecuencias nefastas en la salud mental global.
En un mundo saturado de tecnología, solemos sumergir nuestro cerebro dentro de constantes realidades alternativas que alteran su percepción de la realidad. Desde videollamadas hasta películas de ciencia ficción, nuestra mente se enfrenta a un dilema: ¿qué es real y qué es ficticio? Exploraremos cómo es posible engañar a nuestro cerebro para obtener satisfacción y placer de experiencias no reales. Pero antes tengo que explicarte lo que es un hackeo mental.
Un hacker es una persona con habilidades avanzadas en programación informática que utiliza finalmente para acceder a zonas restringidas del mundo virtual. Estos lugares podrían ser ordenadores personales, bancos o cualquier zona de su interés cuyo acceso no es público. Por tanto, un hackeo sería la acción de acceder a estas zonas prohibidas violando la intimidad de las víctimas. Nuestro cerebro es como un mega ordenador con sus propios sistemas de seguridad para evitar ser manipulados. Parte de ese sistema es el neuronal. Sin embargo, si alguien llega a conocer demasiado bien el cerebro humano, podría explotar la vulnerabilidad de la mente humana sin escrúpulos.
La ciencia que recopila el conocimiento sobre la actividad cerebral es la neurociencia y los creadores de tecnología y redes sociales tienen acceso a este conocimiento y, lo peor de todo, de primera mano. Tienen el poder de hackear nuestra mente. En el periódico digital Business Insider se revelaron parte de las técnicas mentales que usan las redes sociales para evitar que puedas parar ―engancharte―. Puedes leerlo al final del artículo pulsando aquí. Pero ahora iremos un poco más profundo.
Las neuronas espejo: jugando con nuestra empatía
Las neuronas espejo son complejos entresijos de redes neuronales. Estas nos permiten empatizar con los demás, pero por desgracia, también pueden ser confundidas y usadas en nuestra contra. Es decir, lo mismo que nos sirve para construir la sociedad gracias a un mundo empático, puede ser encauzado para ocasionar su separación. Te explicaré cómo funciona la empatía con un ejemplo. Cuando vemos a alguien caerse, nuestras neuronas espejo se activan, haciendo que podamos sentir el golpe prácticamente como si afectase a nuestros propios cuerpos. Incluso, a veces cerramos los ojos y ponemos cara de dolor cuando esta especie de proyección mental ocurre. Dichas neuronas nos ayudan a identificarnos con lo que le sucede a los demás y así poder interpretar mejor nuestro entorno.
El ejemplo anterior me lleva a pensar que si podemos empatizar con las incomodidades, el dolor o incluso la alegría de los demás, también podemos hacerlo con el resto de las emociones y sensaciones de las experiencias humanas. Por ejemplo, esto explicaría por qué el porno es algo tan estimulante a pesar de que el acto sexual lo están llevando a cabo personas externas a nosotros y dentro de una pantalla. Dicho de otro modo, a través del sistema neuronal encargado de la empatía, podemos vivir los placeres carnales de los demás tan solo con observarlos. Una prueba de esto sería la afirmación de Giacomo Rizzolatti, el descubridor de las neuronas espejo. Este científico dijo en una ocasión que la causa por la que tendemos a vomitar cuando vemos a alguien vomitando es gracias a este tipo de neuronas que reproducen las sensaciones de los demás en nosotros mismos. Si se puede hacer con el porno y todo tipo de sensaciones, ¿se puede extraer el placer y la satisfacción de la vida social solo con observarla a través de una pantalla? Estás leyendo este artículo porque mi respuesta a esta pregunta es sí. Ese es el hackeo mental del que quiero hablarte.
No podemos defendernos aunque lo razonemos. Explicación del hackeo mental.
Un investigador de la Universidad de los Ángeles llamado Mayank Mehta hizo que ratones recorriesen dos caminos iguales pero con una diferencia: uno era real y el otro virtual. Pero observó algo curioso: los ratones solo memorizaban el camino cuando este era real, pero no conseguían hacer lo mismo cuando no lo era. A pesar de que una zona de sus cerebros sí podía distinguir un camino real de uno virtual por medio de la memoria, los ratones tenían la misma actividad cerebral al hacer ambos trayectos. Es decir, lo vivían de la misma manera a nivel de experiencia, pero no a nivel de memoria.
Eso significa que hay una zona de nuestro cerebro que sí sabe distinguir lo real de lo imaginario pero, a pesar de ello, no podemos evitar tener las mismas sensaciones. La mente no puede defenderse aunque esté razonando que lo que hay delante no es verdadero, reaccionará de igual manera. En otras palabras, lo virtual nos afecta de forma similar a los acontecimientos reales y esto lo hace de forma forzada e inevitable. De nada sirve que una zona de nuestro cerebro nos esté gritando que hay diferencias y que no se debería reaccionar igual en ambos mundos, estamos condenados a sentir la sensación por igual. Yo lo veo como una violación de la mente.
Te lo explicaré con un claro ejemplo. Cuando estás viendo una película de terror, tú sabes que estás sentado en tu sofá, en una situación segura, con una manta y comiendo palomitas. Aun así, saltas cuando aparece una escena terrorífica. Sabes que es solo un actor o una actriz maquillada, sabes que son situaciones irreales al razonarlo, pero una parte de tu cerebro no sabe esto y siempre reaccionará como que no lo sabe, generando las sensaciones propias del miedo o la sorpresa. Es muy importante que entiendas cómo ocurre este proceso. El mundo virtual es un dispensador de emociones y placeres a todos los niveles y no por ello deja de ser una violación de la mente. Mucho se ha debatido sobre el placer sexual que experimenta una mujer que está siendo violada sexualmente. No por sentir placer es sinónimo de no estar siendo violados o hackeados mentalmente, la química es la química.
Esta especie de engaños cerebrales crean un efecto saciante artificial. Hay un dicho que dice que lo que no tienes en casa lo buscas en la calle. Pero ahora podemos cambiar este refrán y adaptarlo a la era digital: lo que tenemos en la pantalla ya no lo buscamos en la realidad, es decir, en la calle. ¿Qué tiene que ver esto con aislarnos de los demás? Tendemos a pensar que la virtualidad solamente son juegos y ocio, pero también podemos «jugar con nuestro cerebro a estar en contacto con nuestros conocidos, amigos y seres queridos» causándonos la satisfacción química de una vida social que nunca sucede. Solo con ver personas a través de nuestras pantallas es suficiente para sentir un chute de compañía al instante, como en el ejemplo del porno.
A pesar de lo tenebroso de este artículo, también hay rayos de esperanza. El experimento que he mencionado de las ratas podría ser también la explicación de algo maravilloso. Al igual que estos animales no pudieron memorizar el recorrido cuando era virtual, esto evidenciaría de algún modo, que el cerebro no le da el mismo valor a todas las experiencias. Algo dentro nuestro almacena las valiosas experiencias biológicas y discrimina lo virtual por darle un significado distinto. En conclusión, para el hipocampo ―memoria― ambos mundos no serían equivalentes, pero para las neuronas espejo―sensaciones de empatía― sí lo son. Ahora se entiende un poco mejor el por qué muchas personas pasan el día entero solas en sus casas con videojuegos y Whatsapp pero no lo llevan «nada mal». Mueren de soledad sin saberlo, no pueden sentir la soledad. Estamos usando una especie de droga digital de acompañamiento mental que impide tomar soluciones a nuestro aislamiento real.
La contradicción de ambas zonas cerebrales no nos dejarían visualizar que socializar con nuestros amigos usando Whatsapp o pantallas no es lo mismo que en el mundo real porque, de un modo u otro, estamos obligados a sentir el mismo placer en ambos escenarios. Ahora ya sabes por qué la gente queda cada vez menos en persona. Es como un castigo de incoherencia irreconciliable. Solo puedes salir de esa espiral sabiendo cómo funciona tu cerebro y razonándolo. Esto también lo explico en mi libro cuando afirmo que tarde o temprano nuestro cuerpo descubrirá lo que nuestra mente no puede: que vive entre luz, sonido e imaginación.
Cuando en mi trabajo realizo desconexiones tecnológicas a grandes grupos de personas a través del novedoso sistema de Sozzzial, muchos me dicen que ellos no están solos ni que se sienten así. Sin embargo, al decirme esto yo siempre les respondo con una pregunta: ¿Cuánto tiempo socializas con luz y cuánto de forma biológica y a diario? Siempre me miran con cara de estar resolviendo un problema matemático. En ese momento están recurriendo al hipocampo, a la memoria, para recordar y revisar los momentos memorables del mundo real; a la sección del cerebro que sí sabe toda la verdad ¿recuerdas? Cuando contabilizan estas memorias, resulta que tienen pocas o casi ninguna. Ahí se dan cuenta que no tienen un conteo de experiencias reales muy extenso para afirmar que no están solos.
Les hago reflexionar, recurrir al hipocampo, para que el hackeo mental caiga, para que sepan distinguir la realidad de la ficción. La mayoría me dice: Ah bueno, es verdad, entonces sí tienes razón, paso mucho tiempo solo. Es como si por primera vez pudiesen ver a lo que me refiero cuando les digo la palabra «soledad» y «aislamiento». El despertar tecnológico del que hablo en mi libro consiste en esto: en que la gente pueda recurrir a su zona no hackeable y sea capaz de ver qué está pasando en sus vidas, hogares, sociedad, y en el mundo. ¡La gente habla de lo que piensa que le ocurre, no de lo que le ocurre en la realidad!
Embarazo psicológico: una comparación reveladora
Solo para poner un breve ejemplo más que respalde lo mencionado, consideremos el fenómeno del embarazo psicológico. Las mujeres que experimentan esta patología creen estar embarazadas, a pesar de la ausencia de un feto biológico. Su mente crea una realidad mental que contradice la realidad física. Del mismo modo, cuando escribimos a través de un cristal, sabemos que no hay nadie biológicamente a nuestro lado, pero nuestro cuerpo y actividad cerebral se niegan a creerlo, no hacen caso a la realidad. Nos sentimos acompañados de forma mental mientras morimos de soledad en términos tangibles. Esta es la explicación que le doy a la soledad, estrés y depresión inexplicables de la era digital. Nuestra mente se ha convertido en un campo de batalla donde la soledad y la compañía ficticia coexisten y se confunden.
Conclusiones
Como dice Marián Rojas Estapé en la página 105 de su libro Recupera tu mente, reconquista tu vida, lanzado en 2024: «...al otro lado de la pantalla hay miles de personas cuyo trabajo es destruir tu capacidad de autorregularte». Hay personas que no dejaremos que esto ocurra sin presentar oposición y resistencia. Gracias por apoyar mi contenido.
George Solis.
Bibliografía
Rizzolatti, G. (2018). El padre de las neuronas espejo busca tratamientos en el mundo virtual. Agencia SINC
Yorio, A. A. (2010). El sistema de neuronas espejo: evidencias fisiológicas e hipótesis funcionales. Revista Argentina de Neurociencias, 24(Supl. 1), S332
Martínez, L. (2015). En un entorno de realidad virtual el cerebro responde igual que en el mundo real. Heraldo Saludable
Montagud Rubio, N. (2019). Embarazo psicológico: ¿por qué ocurre y cuáles son sus síntomas? Psicología y Mente
Rojas Estapé, M. (2004). Recupera tu mente, reconquista tu vida. Espasa
Solis, G. (2004). CIBERCELDA: El despertar tecnológico. Amazon
Hartmans, A. (2018, 5 de marzo). Estas son las técnicas de las redes sociales para crear adictos. Business Insider
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